En algún lugar de las profundidades del infierno, existía un demonio.
Un demonio solitario que se alimentaba de la desesperación humana.
Un demonio triste,del cual,su única acompañante era la luna.
Las noches de agonía punzante,la luna era la única testigo de aquellos aberrantes crimenes.
Demonio melancólico que vivía para preservar el recuerdo de lo que antes fue y jamas volverá hacer.
Un mayordomo de una mansión.
Recuerdos van y vienen,lamentablemente este jamas se iría.
Las huellas ya estaban grabadas dentro del oscuro corazón de la bestia,no podía hacer nada más que continuar la vida que tenía hoy y ahora.
Olvidarse de Sebastian,olvidarse de aquel Sebastian de sentimientos ya no existia,Sebastian y el eran diferentes personas,¿verdad?
Ciel se enamoro de Sebastian,y Sebastian devolvió los tiernos sentimientos.Pero él y Sebastian no eran el mismo..no..nunca lo fueron.
¿Porque duele tanto entonces?.
¿Cual fue el error?
¿Que era esa necesidad de poder tocar y sentir los labios del niño?
¿Que ganaba con anhelar el simple roce de las tibias manos contra su cara?
Tal vez solo era lujuria,o tal ves no.
Esa necesidad de proteger lo carcome,la necesidad de sentirse importante lo estruja,el desea,desea tanto.
Mientras reflexiona la vida que tuvo con Ciel,de aquellos siglos atrás,el va escarbando y retirando la tierra de la lapida.Ciel debe de necesitar cuidados adecuados,no puede quedarse dentro de su pequeña caja.No es adecuado.
Una ley nueva acaba de surgir.
El juguete roto sera restaurado para jugar a la casa de muñecas con el demonio.
